sep.. 1, 2021
¡Oh, me sorprendiste! Muchas veces escuchamos esta expresión y casi siempre la asociamos
con emociones positivas. Ante una sorpresa reaccionamos espontáneamente por algo que ha
sido de improvisto, ya sea una buena noticia, un acontecimiento, un regalo, o una visita
agradable. En este caso la sorpresa se asume con naturalidad y emocionalmente beneficia a la
persona. Cuando la sorpresa es negativa, no se manejan adecuadamente las emociones, y se
mezclan con la tristeza, el dolor y la incertidumbre. Por ejemplo: Cuando nos enteramos de que
ha muerto un amigo o familiar por Covid, cuando recibimos la noticia que personas conocidas
tienen cáncer, no nos gustan esas noticias que nos cogen de sorpresa, porque se convierte en
dolor que se siente en carne propia, incluso, podemos llorar.
Cada cual reacciona a las sorpresas de manera diferente, lo importante es que tú conozcas cómo
responder a cada estímulo del exterior y cómo influye en tus emociones. Vive cada sorpresa y
genera alternativas, date cuenta de que, aunque son de poca duración, pero importantes para tu
control mental y equilibrio emocional. Vívelas y siéntelas, son parte del aprendizaje en tu vida.
“No esperes nada. Viva frugalmente con la sorpresa”
Alice Walker
Metafóricamente la autora invita a vivir las emociones de forma moderada, sin mucha intensidad,
con sobriedad y responsabilidad. El vocablo frugal, se asocia a comida y bebida, por lo que es
importante mantener una conducta mesurada.
“Las sorpresas favorables son fáciles de manejar. Son las sorpresas desfavorables las que
causan el problema”
David Clark